Tema por tema: Una cosa a la vez.

Todos tenemos una historia por contar.

En algunos casos, esas historias son mas turbias, o mas conmovedoras que otras.
Yo solía pensar que mi vida nunca había sido fácil, incluso me vivía quejando de lo que me había tocado vivir.
Siempre con los "¿porque a mi?" en la punta de la lengua.

Y claro, con toda la razón del mundo, hay cosas que simplemente no tenemos cómo ni porque justificar.
Hay hechos en nuestras vidas que desearíamos nunca hubieran tomado lugar. Hechos que nos marcaron para siempre, personas que nos lastimaron una y otra vez y que capaz no fuimos capaces de superar hasta el día de hoy.

Pasé por eso. Estuve ahí, y sé de que se trata.
Creo que pasaron unos 16 años hasta que empecé a entender las cosas un tanto más allá de lo que podía ver a simple vista.
Después de meses y meses de sentirme rencorosa, lastimada y con mil preguntas encima mío que nadie me podía responder; entendí algo que es fundamental.

Siempre me habian dicho que Dios te podía sacar de la depresión, que podía aliviar el dolor por el que uno a veces pasa por esas cosas de la vida.
Pero de alguna forma, no me sentía identificada con esto. Si había algo que para mí era verdad hasta ese momento, era que Dios era el culpable de todo lo que había tenido que pasar a lo largo de los años.

Esto se pone interesante, cuando -no sabría decir bien cómo ni cuándo- me volví capaz de ver la situación de otra forma, cosa que un tiempo después me ayudó a superar las marcas que me habían dejado esos hechos desagradables.

Entendí que gracias a que yo había pasado por todo lo que pasé, hoy siendo una persona recuperada de los porrazos que me pegué en el camino, podía entender y ayudar a gente que habia pasado por lo mismo que yo,o por alguna situación parecida.

Y es que no es lo mismo querer ayudar a un amigo cuando no sabés lo que se siente, a cuando lo podés ayudar porque ya pasaste por ahí.

Partamos de que es necesario poner un Stop al sufrimiento en algún momento de la vida. Claro que siempre hay cosas que sobre llevar. La vida dejó de ser color de rosas cuando...Ah no!, cierto. Nunca lo fué.

No soy ni nunca fui parte de la gente que dice que el sufrimiento es parte de la vida y que tenemos que aceptarlo. No porque no crea que es parte de la vida, sino porque sé que EXISTE una forma de aliviarlo.

Empecé a orar de otra manera (orar = hablar con Dios, algo que hice desde que era chica). Ya no le recriminaba a Él todo lo que tenía atragantado; ahora había cambiado de mecanismo, de estrategia para dejar atrás el dolor.
Cada vez que me iba a dormir, le pedía que me sacara el peso de las cosas que me hacían mal, de la gente que no podía perdonar, o de los hechos que no podía olvidar, de encima mío. Que me liberara de todo eso.
Al fin y al cabo, ¿a quién no le gusta sentirse libre?
Puedo decir que este "cambio de chip" que me autodispuse fue clave en mi avance emocional.
Una vez que fui capaz de perdonar y dejar atrás lo que estaba siendo la piedra con la cuál siempre volvía a tropezar , me di cuenta de que ahora había algo muy importante para hacer; ayudar a la gente que estaba pasando por lo mismo que yo!!!(no hay que ser egoísta che.)
Ya que sabía como se siente, podía darles una mano; pasarles mi "fórmula mágica" para calmar el dolor y seguir adelante.

Eso es lo que estoy haciendo.
Quiero compartirles lo que mejor me hizo cuando peor estaba.
Hablé con Dios. Le pedí que cambiara todo lo que andaba mal adentro mío. Que sacara afuera todo lo que me impedía caminar para adelante.

Tengo que contarles algo, muchas veces, la situación que nos tiene de determinada forma parece no cambiar...a veces incluso no lo hace, o eventualmente cambie después de mucho tiempo. Pero si hay algo para rescatar de todo esto, es la oportunidad que tenemos en nuestras manos de apartarnos de ese dolor, y salir a flote.
¿Cómo?
Y..no sé...Sólo Dios sabe cómo actuar, y qué hacer puntualmente en la vida de cada uno para ayudarnos.
Yo por mi parte, solo puedo dar fé de que tomar ese paso SIRVE.